¿El tiempo lo cura todo?
- Cris Acuña
- 17 jun 2015
- 4 Min. de lectura
Existe una frase que dice “EL TIEMPO LO CURA TODO”…en mi opinión no es verdad, el tiempo no cura nada. Podés pasar meses o años y seguir con ese dolor porque un corazón herido no lo cura el tiempo (aunque es parte del proceso para sanar), el único que lo puede curar completamente es Dios.
El dolor puede generar crisis y mas aún cuando éste viene por pérdidas que pasamos en nuestra vida. Cuando hablamos de pérdida hablamos de la ausencia de “algo o alguien” que era una parte muy importante en tu vida (puede ser una persona o un objeto). Podría ser la pérdida de un sueño, materia académica, amiga, mascota, novio, salud, algún familiar, o el divorcio de los padres. No hay nada tan doloroso como una pérdida, porque es un choque de sentimientos en nuestro interior que muchas veces no podemos manejar porque pensamos que nuestra vida carece de significado una vez que esto sucede.
Son las pérdidas las que nos hacen sentir ese nudo en la garganta o las ganas de gritar con todas nuestras fuerzas porque sentimos que es algo que no podemos soportar. Y es que ¿a quién le gusta perder? ¡A nadie! queremos el éxito, el control, el triunfo. En nuestra vida nos han dicho o enseñado a ganar, conquistar pero ¿quién te enseñó a manejar las pérdidas de la vida?
Nos han enseñado a enfrentar las pérdidas con frases como: “las cosas podrían estar peor”, “qué exagerado…eso no es nada”, “deberías tener más fe”, o “te podés comprar otro”. Es la forma de decirnos que no debemos de sentir dolor. Otra forma es por medio de las adquisiciones: ¿has escuchado la frase: “un clavo saca a otro clavo”? Esas son las adquisiciones, cuando tenemos una pérdida y la reemplazamos con algo más: otra persona o comprándonos alguna cosa y ahí es donde se aprende a reemplazar un ex novio con otro novio, a un papá ausente con alcohol, drogas, sexo o comida y llegamos a creer que debemos tener algo que nos haga olvidar…algo que nos haga felices. Estas cosas distraen o puede hacernos felices por un tiempo pero en realidad cuando se llega a poner la cabeza en la almohada nos encontramos con nuestra realidad y viene el dolor.
En otras palabras ¡nos han evitado el dolor! Nos han enseñado que el dolor es algo anormal siendo algo normal. Nos han hecho ignorarlo sin saber que éste es necesario para poder enfrentar una pérdida. EL DOLOR ES ÚNICO, por eso no podés pretender que las personas entiendan tu dolor porque es tuyo. Así que, el dolor no es el problema, el problema son las emociones no sanadas.
¡El dolor es un sentimiento! O sea que podemos sentirlo pero no debemos vivir en él. Así que el dolor no se explica, no se justifica, no se entiende, sino que se escucha: en otras palabras necesitas sacarlo, vaciarlo o agotarlo y para eso, lo que necesitas es LLORAR, así de simple como lo estás leyendo. Tenés que aprender a llorar porque las lágrimas expresan los sentimientos más profundos (para algo nos las puso Dios).
Tal vez en algún momento difícil en tu vida te hayan dicho “no llores por eso…no es nada”, dejame decirte que si ese es tu caso: ¡tenés una gran llorada pendiente! Es necesario llorar porque eso te ayuda a desahogar lo que puede haber en tu corazón y así ir sanándolo. No vas a sanar si solo lloras por dentro, debés llorar por fuera.
En la Biblia podemos ver a José, al que vendieron sus hermanos. Él era un llorón de primera; 7 veces nos muestra la Palabra, que lloró a causa de sus hermanos y de su padre (Génesis 42 en adelante). Como ves, Dios nos muestra que llorar está bien en el momento de la pérdida, es necesario llorar. Otro que lloró fue Jesús al morir su amigo Lázaro; y en ese momento, más que demostrar que podía resucitar a un muerto, demostró las lágrimas de Dios. Ellas nos ayudan a externar nuestros sentimientos.
Y para esto es importante conocer que existen 5 etapas del dolor:
1. Negación: Se siente y se piensa como si nada hubiera sucedido, la persona se mantiene como en “shock” un tanto confundida porque tiene temor a lo desconocido.
2. Ira: Acá se entra un poco más en la realidad pero con cuestionamientos y las personas se preguntan el ¿por qué?. A esto es casi imposible encontrar respuesta lo que genera un enojo porque se ve como algo injusto. Y se puede crear un resentimiento contra la persona, Dios o la vida.
3. Negociación: Es como hacer las paces para superar ese dolor. Por lo general se hace con Dios.
4. Depresión: Se siente una tristeza profunda ya que aquí se acerca a la realidad de las circunstancias. Esta es la etapa más dolorosa donde se piensa: ¿Por qué a mi?
5. Aceptación: Cuando la persona decide resolver sus sentimientos y está preparada para aceptar lo sucedido.
Es muy importante tomar en cuenta que, si has tenido una pérdida en tu vida identifiques en que etapa del dolor te encuentras, esto te ayudará a ir superándola. Y te aconsejo buscar ayuda pues es en esos momentos que necesitamos personas de apoyo, maduras y sabias que nos puedan guiar para salir sanas de la pérdida. Y tenlo por seguro que si saldrás de esto si te tomas de la mano de Dios, confiando en que todo estará bien.

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